"La inspiración es como una mariposita ciega y sorda, pero muy luminosa"

martes, 29 de junio de 2010

Love Story in Kenya

En estos momentos reflexiono y me autoanalizo. En ocasiones, esto es peligroso pero creo que hoy no lo es. Esta noche me he encontrado con uno de esos elementos "enchufe" que conecta alguna parte de mi cerebro donde residen mis sensibilidad.

Tengo que decir que últimamente, creo que desde que volví de París, esa zona de mi masa encefálica andaba un poco vaga. Pero voy a centrarme en el mecanismo desencadenante de sensibilidades en cuestión.
Por casualidad he visto que ponían en la 2 la Masai Blanca. Había oído o leído por algún lado el argumento, así que he decidido darle una oportunidad. La historia es simple de contar, pero intensa de observar. Carola, suiza blaquísima y rubísima se va de viaje a Kenia con su novio. Allí conoce a un guerrero samburu Lemalian que le fascina por su belleza y exostismo (típico rozando lo vomitivo). Llegado el momento de tomar el avión, la blanquísima y rubísima suiza decide cometer la locura de dejarse llevar por el cataclismo interno que le ha causado el negrísimo guerrero samburu y se lanza a buscarlo por la sabana africana. Lo encuentra y se instala en la tribu. Al cabo de unos años, algunas palabras en noséquéidioma, una linda niña, un negocio y mucho sexo, el guerrero de ébano enferma de celos y termina por hacerle la vida imposible a la suiza de la piel de leche. Desenlace: Carola Lehmann (alter ego de Carinne Hofmann) se marcha con su hija Saraih a su Suiza natal, sin regresar nunca más Barsaloi.



Esta fantástica historia narrada al mismo tiempo con sutileza y profundidad por la alemana Hermine Huntgeburth, me ha abierto el apetito de aventura y sólo por eso, ya merece una mención de honor. Además, si tenemos en cuenta que la peli está basada en un libro escrito a su vez en forma de autobiografía por la propia suiza blanquísima y rubísima la cotización del conjunto se dispara.

Cuento que me despertado un hambre voraz de aventura, pero no sólo de aventura viajera (que también. Cuánto me he acordado de Raqui, que se me va a Tanzania en apenas 10 días). Me ha hecho cuestionarme cuánto estaría dispuesta a arriesgar por algo así. Veía la película y a la protagonista la compadecía y la envidiaba, simultáneamente.

Ella dice en un momento de la película: "Sabía que si había llegado hasta aquí, era para encontrarle". No la cito textualmente, pero me quedo con la esencia de las palabras: venerar al destino como agente causante de todas las cosas importantes que le pasan a uno en la vida.

Me gusta creerme lo suficientemente fuerte y sabia como para pensar que sería capaz de convertirme por amor en masai blanca, en reina mora o en sherpa tibetana....(qué divertido poder ser mil vidas y amar locamente a millones de personas en cada una de ellas!)




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