"La inspiración es como una mariposita ciega y sorda, pero muy luminosa"

viernes, 14 de septiembre de 2012

Arena dorada y verde mar

Cadiz peina el viento con los rayos de un sol que se reflejan en el azul verdoso del mar, un especie de espejo que ofende a las perezosas miradas de quienes juegan en la arena ligera.
Playas salvajes donde la primera línea de playa fue adquirida hace siglos por dunas decoradas con matorrales profusos.
Esta tierra saluda con un abrazo a África cada mañana y la despide cada noche con un beso de espuma salada.
Cadiz te obliga a olvidarte del reloj (y si no, te lo para), a sentirte dichosa, a aprovechar al máximo el tiempo, a reir con todo el cuerpo, a hablar con desconocidos, a asilvestrarte, a comer rico, a dejarte los rizos, a mostrarte por dentro y por fuera, a bailar flamenquito, a sentirte como una hippie.
Cadiz te permite disfrutar de su mar en soledad, de bañarte en un océano cálido. Se enreda en tu pelo, te da un beso de sol, te sumerge y te acaricia con arena dorada.







jueves, 6 de septiembre de 2012

Noches de bohemia

La ciudad les regaló una noche de verano dulcemente insomne.
De sábanas blancas y suave brisa, que bailaba las cortinas.
Las primeras luces del día les sorprendieron en una maraña de ropa, sudor y besos.
Aspirando los últimos instantes de un momento tan irrepetible como fugaz,
decidieron obedecerla
y entregarse de nuevo y por última vez a sus calles,
por entonces todavía desiertas.