Compañeros de viaje

El otro día, cuando iba en el autobús camino de mi amadísima ciudad natal, conocí a un hombre muy simpático del cual no sé ni siquiera su nombre. Sin embargo, el señor en cuestión (al que le encantaba hablar) comenzó a forzar una conversación que más tarde se convirtió en una charlar bastante interesante. Mi compañero de asiento venía del Sahara (guau!!!), pero hablaba perfectamente castellano porque llevaba 19 años en España. Tenía a su familia en Barcelona pero él pasaba la semana en Segovia en una especie de centro intensivo para preparase para conductor de autobuses de largo recorrido, así que todos los viernes y domingos le tocaban las consabidas 7 horas de cómodo bus para pasar el fin de semana con su familia. Me preguntó que si yo había viajado a Arabia (unas horas en Túnez no cuentan, no?), así que me recomendó Turquía, me dijo que era "chulísima", un crisol de culturas.
También quería saber mi opinión de la política atual (tema espinoso, pensé, a ver por dónde me va a salir el amigo), pero teníamos opiniones bastante cercanas en relación al racismo que hoy en día todavía impera en España.
Y es que viendo que aun hay gente capaz de organizar y de asistir a manifestaciones en contra de los inmigrantes, resulta comprensible la preocupación de un hombre que vive en España y ha trabajado para ella, mucho más que cualquiera de esos niñatos que alzan su mano derecha, sin saber un ápice de historia.

El génesis

Piruletas de fresa llega al espacio blogero que tan de moda esta entre los miembros de la archiconocida aldea global! Y es que al día se crean 100.000 blogs en todo el mundo y a mi (que soy muy pretenciosa) me apetecía formar parte de este cada día menos selecto circulo de locos que necesitan escribir sus opiniones para disfrute de (des-)conocidos.
No sé muy bien que espero de esta experiencia, ni siquiera confío en que vaya a ser constante y al final acabe dejandolo aparacado como su homónimo fotolog (el cual, por cierto, recuerdo con bastante nostalgia); porque si tenemos algún problema los de mi generación, es que somos perezosos para todo (quien no ha soñado, como nuestro idolatrado Homer, tener el baño junto al sofa para no tenerse que levantar). Menos mal que siempre hay algunos que intentan tirar del carro e intentan movilizarnos a todos, sin mucho éxito, todo hay que decirlo, porque sólo es nuestro amado botellón el que hace que salgamos a la calle a protestar por nuestro derecho de alcoholizarnos y pasmarnos de frío al mismo tiempo. Bueno, y la vivienda, que no se me olvide, también protestamos por la vivienda (aunque las manifestaciones están bastante menos concurridas que las anteriormente citadas).
Madre mía, esto pretendía ser una presentación y ya he acabado haciendo autocrítica. Pero esto me da potestad (lo que yo me diga), para criticar todo lo que se menee por delante de estos ojitos.
Esto parece una piruleta de fresa ácida