"La inspiración es como una mariposita ciega y sorda, pero muy luminosa"

jueves, 10 de diciembre de 2009

Happy b-day!!


Escribo con seis días de retraso sobre mi cumpleaños. El mismo número que resulta de la suma de los dos digitos que forman la cifra de años que cumplí: 24.


Número par (de los que me gustan), que coincide con la cantidad de horas que tiene un día, con la mitad de meses que tiene un año, con el título de una serie de éxito que no he visto en mi vida, con la edad que tenía Ian Curtis al morir, con los años de CR9 al ganar el balón de oro, con el último cumpleaños de Orson Welles cuando atemorizó a todo el mundo con su recreación de la Guerra de los Mundos por la RKO. Con la misma edad mi madre se enamoró de mi padre y a mi hermana le faltaban dos para hacer lo mismo, pero de Seb. Gabi decidió retomar la carrera en Valencia y Mapi en Zaragoza.
No sé quien inventaría el dicho de "a la cama no te irás sin saber una cosa más", pero tenía mucha razón. Wikipedia acaba de enseñarme que el mismo día que nací, en un hospital de Nueva Jersey nació Francisco "Frankie" Muniz. Seguramente no os dirá nada, pero si os digo que es actor y protagonista de "Malcom in the middle", os echaréis unas risas, como las que me estoy echando yo.
Ese mismo día, mientras mi adorada madre estaba sufriendo, monitorizada, porque el médico había decidido adelantar el parto (previsto para el 8-12, voilà la explicación de este nombre tan absurdo para los extranjeros), porque no me movía y pensaba que podría haber sufrimiento fetal (que para nada!!), el jamaicano Wayne Smith grababa "(Under Me)Sleng Teng", considerado el primer disco del "ragga style reggea"!!

Recibí a los 24 en casa de Jérémie, en la rue Royale, en un París reluciente a cualquier hora del día por efecto dela iluminación navideña. Con Timothée y con mi sol (como el de su bandera) de amiga. No hay fotos pero la linda entre las lindas me hizo una mousse de chocolate, como no me han hecho en mi vida! Merci bien, ma très belle!!
Cristi, mi amiga-hermana-pareja de hecho vino hasta París para no perderse un cumple mío. Eso es amor!! Ahora es mi turno!! Porque también hay que celebrar que, justamente hace 24 años, me deshice de mi cordón umbilical y saludé a la vida.

Como lo hago 24 años y 6 días después...

jueves, 3 de diciembre de 2009

La insoportable pesadez de la incertidumbre


Vivir en un ambiente en el que sabes que nunca vas a defraudrar es un arma de doble filo.

Siempre me he sentido con la tranquilidad de que por poco que pusiera un poquito de esfuerzo, podía conseguir lo que quería; que en la mayoría de los casos contaba con la aclamación y regocijo de la gente que rodea (para mí mayor recompensa que el fin mismo del esfuerzo).

Un castillo de logros construido sobre unos cimientos de un material tan sólido como la confianza ciega que los que me conocen y quieren enseguida depositan en mí.

Sin embargo, siento que ese castillo, ese edificio que en mi ingenua (nunca esta palabra vino más al caso) despreocupación creía y consideraba inalienable, se desmonta (que no es desmoronarse), como si el material del que estuviera hecho fueran fraudulentos naipes.

Y esto se debe a que mi secreto (para quien lo quisiera saber ahí lo tiene) siempre fue guardarme un as en la manga, incluso más valioso que el mostrado en el tapete. Pero lo angustioso de la actual situación es que me quito la chaqueta y por más que busco en los bolsillos secretos, no hallo nada.

martes, 1 de diciembre de 2009

... sin título










Aunque el otro día me exorcicé el miedo a decir perdón, este sentimiento-sensación-incluso estado es inseparable de la condición humana, aunque en diferente grado según la persona.
Miedo a dejar en 23 días mi ciudad. Por que sí, París es mi ciudad. Nunca, ni siquiera ésa ya lejanísima noche del 12 de enero que llegué cargada de maletas a un recondito hostal de Bastille, me sentí extraña. Si en algún momento dije que Madrid era una madre, que acogía a cuantos llegaban sin hacer distinciones, puedo decir que París es mi madre. Me debería penar no haber descubierto Francia, pero en realidad no me molesta lo más absoluto. Seguramente que si volviera a tener la oportunidad de disfrutar de la madre de las ciudades, no me querría perder una noche de sábado canalla, en la que les fils-à-papa del XVIème se entremezclan con los hijos de inmigrantes de Belleville.
Como muy bien dice Pem, a mí también me da miedo que, con mi marcha, todo siga igual: mi portero seguirá preguntando a todo el mundo a qué casa va, el perro del clochard de debajo de casa no se inmutará cuando su dueño se vaya a asear, los pollos de las epiceries de la rue Martyrs girarán en el horno, Le Fourmis se llenará cada noche, la puerta del MacDo de Pigalle continuará estando llena de chungos, los acordeonistas se reunirán en el andén de la línea 12 dirección Mairie d'Issy a las 10 de la mañana, la concierge de la oficina de Efe saludará con tanto amor a quien entre, las filas del Museo Grevin serán kilométricas, los chinos de mi tratoría seguirán vendiendo ese pollo con curry tan rico, las velib's seguirán recorriendo París, La Cinemathèque y Le Forum des Images programarán películas que no podré ver nunca, Stéphane seguirá pinchando "Qué viva España!" a las chicas españolas que entren en el O'Sullivan de Châtelet, la Tour Eiffel seguirá iluminándose cada hora en punto, cada invierno pondrán la patinoire en Hôtel de Ville, los parisinos y las parisinas seguirán siendo los más guapos y las más guapas del mundo, París será la capital de la moda, Montmartre conservará la esencia de la bohemia, el espiritú de Amélie seguirá flotando entre las calles adoquinadas, las sirenas para posible emergencia seguirán sonando el primer miércoles de cada mes a midi, el passage olerá cada soir a las pipas de fresa de la tetería, ....