Tan dulce, tan dulce...

Te han puesto más complementos que nunca. Unos guantes que ocultan la aguja del gotero y un collar blanco para evitar que te lo arranques.
Aunque estás tan cansadito que lo único que quieres es descansar en la jaulita-suite de la clínica, algo que te va a costar considerablemente teniendo en cuenta las dimensiones de lo que te rodea el cuello y lo poco que te gusta ese sitio.

Creo que las noticias que me llegan por teléfono superan la impresión que me daría el verte cada día en casita, alicaído en tu nuevo rincón, debajo de mi mesa, que desde mi huída a Madrid no frecuentabas. ¿Recuerdas esas noches de mi último año de cole hasta las tantas de la noche, yo estudiando y tú haciendome compañía tumbado en el borde de mi cama? Algunas veces me hacías tanta compañía, que era imposible concentrarse y te tenía que echar de mi habitación!!!
Es muy triste pero hasta ahora no me había dado cuenta realmente de todo lo que lamento el haberme perdido tantas cosas de tí desde que me fui de Zaragoza. Aunque sé que por mucho tiempo que pasara nunca me extrañabas cada vez que llegaba a casa, después de alguna ausencia larga.
A estas altura ya sabrás que eso se debe a nuestra simbiosis. Si Mai y Kike tienen el mismo caracter, tú y yo derrochamos maneras parecidas!! ;)
Gracias a tí he desarrollado una sensibilidad de la que carecía antes de conocerte y eso algo que nunca te voy a poder agradecer lo suficiente. Sólo de pensar que cuando estabas en el palomar de Serón el verano que te conocí, no me atrevía a cogerte, porque me dabas miedo y eso que eras chiquito, chiquito!!
Qué lindo has sido siempre, tan suave (alguien se pasó con el suavizante!), con tu elegante porte persa mezclado con la simpatía de un callejero, desafiando a la malafortuna con tu abriguito negro azabache! Por no hablar del verde hierbabuena de tus ojos.
Me acuerdo, también en Serón, cuando desapareciste. Fue tu finde de locura, rebosante de peleas y libertinaje salvaje, que te llevó a perderte por los tejados siguiendo feromonas felinas. Preocupada, me eché a las calles cual loca gritando tu nombre por el pueblo, por suerte semidesiero, y saliste a mi encuentro desde un jardín abandonado, cubierto de telarañas y hojas secas y no permitiste que te llevara en brazos.
Aventuras que podrían dar lugar a una colección de tebeos.
De estrellado a estrella absoluta. Te lo ganaste al no dudar y maullar todo lo fuerte que tu pequeño cuerpo te permitió esa noche de junio de 1998, cuando Anacris te escuchó junto a la rueda de un coche y se enamoró de tí. De ahí, un montón de aventuras hasta finalizar en casa, pero mereció la pena.
Y es que es imposible no quedarse prendado de tí, curruscuscuscus!!!