Le voyage parisien... (l'aventure a déjà commencé)

Ça fait presque deux semaines que la petite princesse est arrivée à Paris.
Les valises sont plein de illusion d’être hereuse et de profiter cet expérience…

Así llegué y así continúo. Con la misma energía incombustible que contagia esta ciudad. Me sorprenden las fuerzas con las que estoy empezando mi historia parisina.
Una Inma mucho más fuerte y madura, que sabe afrontar sus miedos y plantarles cara, aunque no siempre salga bien parada. Una auténtica catársis de mi ruptura berlinesa.
Hubo aventuras ya en el primer trayecto Zaragoza-Madrid cuando se paró el tren y tuve que cambiarme en medio de un paraje nevado. Luego en Barajas y el uso de mis influencias (ja, ja!) en beneficio propio para no tener que pagar sobrepeso. En el hostal parisino no se había efectuado la reserva, pero la fortuna (muy de mi lado en la capital bohemia) me había procurado una habitación libre para esos días!!
La búsqueda de piso y la soledad nunca bien aceptada por mi parte intentaron quebrar el subidón inicial: todo fue una falsa alarma de desánimo.
Montarme en el metro (ese fantástico metro que tiene París que permite abrir sus puertas incluso cuando va en marcha y que hace las delicias de las impacientes-tardonas como yo) y oir a un acordeonista tocar La Vie en Rose, me recordó porqué siempre he soñado con estar aquí!
El reto-oportunidad de poder descubrir esta ciudad poco a poco, de reconocer sus calles, sus tiendas, sus restaurantes, sus clochards, …, es un placer del que no me quiero privar.
He conseguido (sigo sin creérmelo) poder vivir en Montmartre y sólo de imaginar el verano asomada a mi ventana y viendo los tejados de este barrio, escuchando los discos de Josephine Baker y de la Môme Piaf que le acabo de comprar a una bouquiniste del Sena, además de la BSO de Amélie (lo siento por los topicazos), me recuerda a una tarde de estudio en la resi en la que me dio por dibujar en un papel en sucio como sería lo que vería por esa ventana!

Tengo escrito en una libretita que me regalo Mai: “los miedos me han ganado una batalla, pero estoy segura de que la guerra la voy a ganar” y aunque todavía no he llegado al final de la contienda, sé que voy por el buen camino.