"La inspiración es como una mariposita ciega y sorda, pero muy luminosa"

viernes, 19 de junio de 2015

Tú y yo


Nuestra historia acabará el día en que no me hagas soñar.
Soñar en un futuro que con el tiempo corre el riesgo de ser idílico y, por lo tanto, frágil.
Podría asir con fuerza el presente y contentarme con lo que tengo.
Pero nuestro presente no me sirve. Es demasiado débil, etéreo y voluble.
Está basado en demasiados aviones, demasiadas ausencias, demasiados esfuerzos.
Y el pasado, si bien convincente y risueño, es exiguo, y cada vez más incapaz de mantener con vida a este presente insuficiente y a aquel futuro inalcanzable.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Madurez y la felicidad de escribir tristezas

Qué vértigo le entra a una leerse retrospectivamente. El tiempo es ese magnífico compañero que nos quita o nos da la razón, a la vez que nos acompaña impertérrito en nuestras (des)venturas.
Casi dos años sin escribir en mi bitácora preferido. Casi dos años sin plasmar pensamientos en un papel.
Va a ser verdad lo que dijo el escritor sobre el hecho de que uno solo se escribe cuando no es feliz. Puede ser que ahora le empiece a dar la razón (otra vez nuestro amigo el tiempo).
Quizás cuando uno es feliz no necesita plasmarlo.
Quizás es más fácil compartir con otra persona la felicidad que la desdicha y se busca el consuelo del blanco del papel y del negro de la tinta para el desahogo del alma.
Quizás sea pudor o incapacidad para transmitir a otro ser humano una imagen triste de nosotros mismos lo que nos empuja a empuñar el bolígrafo en situaciones de aflicción.




sábado, 23 de marzo de 2013

Lágrimas negras


La vida puede parecer infinita en su injusticia, puede golpear donde más daño hace, procurando un dolor desgarrador, de esos que dejan una resaca profunda y duradera.

La vida te da y te quita. No poseemos nada. Estamos a su merced. Y a pesar de ello, no somos conscientes de que nuestra vulnerabilidad es eterna.

Nunca pensamos que cada segundo es un regalo, que no podemos desperdiciarlo con asuntos mundanos mezquinos. Que no merece la pena darle importancia a cosas estúpidas. Que estamos de alquiler.

Y que sí, que es muy importante lo que los demás piensen de ti. Que te admiren, que te quieran, que piensen en ti, que te adoren, que te cuiden, que te canten, que te acaricien, que te dibujen, que te susurren, que te den amor… como pago a tu admiración, a tu cariño, a tu dedicación, a tu buen humor, a tus palabras de apoyo, a tu preocupación por ellos, a tu entrega sin esperar nada a cambio.

Porque eso es lo único que nos hará inmortales, más allá de esta vida de alquiler. Tú ya lo eres, P.

 Bebo, tú también ya eres inmortal.

sábado, 24 de noviembre de 2012

À la tombée d'un jour déjà passé



"Son las ocho de una tarde de agosto
y me he encontrado a una mujer dormida,
despertando a destiempo de uno de los sueños de verano.

Con el tiempo muerto para meterse en el agua cálida del mar
a última hora de la tarde,
sin nada más para mirar
que el sol del color del pomelo."

AGJ

viernes, 14 de septiembre de 2012

Arena dorada y verde mar

Cadiz peina el viento con los rayos de un sol que se reflejan en el azul verdoso del mar, un especie de espejo que ofende a las perezosas miradas de quienes juegan en la arena ligera.
Playas salvajes donde la primera línea de playa fue adquirida hace siglos por dunas decoradas con matorrales profusos.
Esta tierra saluda con un abrazo a África cada mañana y la despide cada noche con un beso de espuma salada.
Cadiz te obliga a olvidarte del reloj (y si no, te lo para), a sentirte dichosa, a aprovechar al máximo el tiempo, a reir con todo el cuerpo, a hablar con desconocidos, a asilvestrarte, a comer rico, a dejarte los rizos, a mostrarte por dentro y por fuera, a bailar flamenquito, a sentirte como una hippie.
Cadiz te permite disfrutar de su mar en soledad, de bañarte en un océano cálido. Se enreda en tu pelo, te da un beso de sol, te sumerge y te acaricia con arena dorada.







jueves, 6 de septiembre de 2012

Noches de bohemia

La ciudad les regaló una noche de verano dulcemente insomne.
De sábanas blancas y suave brisa, que bailaba las cortinas.
Las primeras luces del día les sorprendieron en una maraña de ropa, sudor y besos.
Aspirando los últimos instantes de un momento tan irrepetible como fugaz,
decidieron obedecerla
y entregarse de nuevo y por última vez a sus calles,
por entonces todavía desiertas.


domingo, 5 de agosto de 2012

Matías, el niño de mis ojos

Espero que me puedas perdonar este inexcusable retraso.
Te respondo de este modo a la carta que me enviaste la fría tarde del último domingo de octubre.
Estaba en Venezia y, sin previo aviso, me entregaron un sobre rojo.
Lo abrí con nervios, pues se antojaba algo importante, y tras leer el encabezamiento, rompí a llorar.
Con un dulcísimo "Hola tía!" me anunciabas tu llegada. 
Sólo había que esperar siete meses, 210 días, más de 5000 horas..., la más dulce de las esperas.
Como te he dicho, lloré mucho. En mi defensa tengo que decir que yo no lloro casi nunca, pero en tu carta me dabas la mejor noticia que me han anunciado nunca en mis 26 años de vida. En ese momento me di cuenta de cuánto te esperaba, o más bien te ansiaba!!

Después llegó el 3 de junio de 2012. Esa fecha ya está grabada con tinta de oro en vida. 
Estaba comiendo mirando al mar, cuando tus abuelitos me llamaron para decirme que ya estabas con nosotros.
Que ya habías saludado a la vida. 
Estabas sano y eras bello. Mamá estaba bien.
Esta vez no lloré, pero la FELICIDAD sacudió mi cuerpo! Sólo contaba las horas para ir a Madrid a verte! 

Tuvieron que pasar seis días, pero al fin llegué a los pies de tu cuna y te observé dormir tranquilo.
Lagrimas aparecieron en mis ojos al contemplarte, cuando a modo de saludo me regalaste una sonrisa.
La primera de unas cuantas que nos regalaremos a lo largo de nuestras vidas, mi dulce Matías.

Te quiere con locura, 
tu tía.